Kiko

[Lajarriak]

Kiko es un Martinico bromista y jugeton, incapaz de controlarse a la hora de tomar el pelo a la gente inocente a la que engaña con su aspecto de bonachon. Son muchas las casas que recuerda haber habitado, pero siempre acababa aburriendose y abandonandolas en busca de nuevas "victimas" para sus bromas. Hasta que un dia le salio mal la jugada: se colo en la casa de la familia Kriborn, muy cerca de Sutchard. Era una familia muy simpatica de gnomos a los que un dia, por desgracia para ellos, aparecio en sus vidas Kiko. Al principio parecia un duendecillo amistoso y bromista, pero mas tarde los acabo atormentando con sus bromas de mal gusto y tomando prestada su comida sin su consentimiento. Lo que al principio parecia un alegre evento, acabo convirtiendose en la pesadilla de esta familia.
El padre, Hobni Kriborn, trabajaba de ayudante en la tienda de alquimia del profesor Dremth. Al empezar a notar que su ayudante llegaba cada vez mas tarde y muy cansado, le pregunto si tenia algun problema en casa. Hobni empezo a contarle la desdicha que le habia traido el Martinico a su casa, y de como los atormentaba con ruidos por las noches, haciendo caer cosas al suelo o imitando sonidos de animales salvajes. El profesor Dremth, gran alquimista, inventor e investigador de sucesos paranormales, decidio investigar este suceso tan extraño. Fue a la biblioteca para saciar su sed de conocmientos, y se leyo un antiguo tratado, "Hadas, Duendes y otros seres del bosque". Al dia siguiente fue a casa de los Kriborn con una gran idea: coloco una trampa rudimentaria a base de cuerdas, poleas y resortes, usando de cebo golosinas y cosas brillantes (puesto que leyo que eran la debilidad de estos seres). Empamo el cebo con una pocion de sueño y satisfactoriamente, al dia siguiente pudieron comprobar que su trampa habia funcionado.
Ya con el ejemplar de Martinico en sus manos, Dremth lo guardo en su laboratorio, y despues de experimentar con el decidio llevarlo a la feria anual de ciencia de Sutchard, mostrando orgullosamente su gran hallazgo.
Kiko supo aprovechar un descuido de Dremth: mientras preparaba uno de sus experimentos, se dejo la puerta de la jaula abierta, ocasion que aprovecho para esfumarse de alli mientras la atencion del publico estaba en la maquina que preparaba Dremth.
Consiguio esfumarse y escurrirse en las sombras mientras se juro a si mismo que jamas volveria a esa ciudad; no podia ver a un gnomo ni en pintura.
Tras varios dias vagando solo por los bosques, pronto encontro una villa que parecia acogedora:
-"Nevesmortas... ¡creo que aqui encontrare un nuevo hogar!"

Pasaron varias dekhanas y Kiko ya se habia hecho a la villa. Conoció a muchos de sus nuevos superamigos y vivio muchas aventuras junto a ellos, y en tiempos de paz siempre encontraba hueco para gastar alguna que otra broma.