Diario de Yanuk Umayari

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Haristan
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Diario de Yanuk Umayari

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Umayari : La migración del Destino

En lo profundo del Bosque Alto, allí donde los árboles son más antiguos que los
imperios, y los ríos corren con la sabiduría de mil generaciones, se alzaba la tribu
Umayari. Era una tribu orgullosa, sus ancestros habían protegido esas tierras desde
tiempos inmemoriales, viviendo en armonía con la naturaleza y los espíritus del bosque.
Pero todo cambió cuando el Gran Chamán, Kurak, tuvo una visión.
Kurak, anciano entre ancianos, caminaba cada día entre los árboles antiguos,
escuchando susurros que solo él podía entender. Los espíritus le hablaban, le mostraban
futuros posibles. Pero la visión que recibió una oscura noche de luna nueva lo perturbó
de manera inimaginable: vio a la tribu Umayari destruida, arrasada por la furia de sus
propios clanes. Los jóvenes guerreros, cegados por el ansia de poder, provocaban una
guerra interna que no dejaría piedra sobre piedra, ni vida sin marchitar.
Era el destino de los Umayari… o eso parecía.
Kurak se encerró en su choza de corteza de roble, invocando a los espíritus y rogando
por una alternativa. La respuesta fue clara, aunque cruel: los cachorros, los jóvenes,
debían abandonar el Bosque Alto. Ellos, las semillas de la futura tragedia, debían ser
apartados para que el conflicto jamás germinara.
Pero, ¿cómo convencer a una tribu entera de enviar a sus hijos al exilio? Kurak, con la
sabiduría que le otorgaban los años y los espíritus, ideó un plan. Convocó un consejo de
los ancianos y, bajo la gran luz de la luna llena, anunció su "visión":
—Los espíritus me han hablado —dijo Kurak, su voz profunda resonando en el claro
del bosque—. Los vientos traen malos augurios desde el norte. Nevesmortas, el
páramo helado más allá del Bosque Alto, es la clave para la supervivencia de nuestra
tribu. Debemos enviar a nuestros jóvenes para fundar un nuevo asentamiento. Allí, en
esas tierras inhóspitas, prepararán el camino para el gran éxodo de nuestra gente. En su
juventud, encontrarán la fortaleza que necesitamos para prosperar en esas tierras
gélidas.
Los ancianos murmuraron entre ellos, inquietos. Las Nevesmortas eran conocidas por
ser un lugar implacable, donde pocos regresaban. Un desierto helado lleno de peligros y
criaturas desconocidas. Pero Kurak era el Gran Chamán, y su palabra era ley. No podían
ignorar los designios de los espíritus.
Sin embargo, ni ellos ni sus padres sabían la verdad. El viaje a Nevesmortas era una misión
imposible. Kurak lo sabía bien; había vislumbrado en sus visiones la muerte que aguardaba a
muchos de los jóvenes. Pero para él, esa pérdida, aunque dolorosa, era un sacrificio necesario
para evitar la autodestrucción de la tribu.
En los días siguientes, se prepararon rituales de despedida. Las familias lloraban en
silencio mientras veían a sus hijos prepararse para el largo viaje hacia lo desconocido.
Los cachorros marcharían con la creencia de que estaban cumpliendo una misión noble,
la de forjar un nuevo hogar para su pueblo. Partían con esperanza y orgullo, sin saber
que estaban siendo enviados a una posible muerte segura.
Al amanecer del tercer día, los jóvenes se reunieron en el límite del Bosque Alto, listos
para comenzar su travesía. Kurak los observó desde lejos, su mirada fija en cada uno de
ellos. Con el corazón pesado, se acercó y realizó una última ceremonia, invocando a los
espíritus para que los guiaran y los protegieran.
Mientras se alejaban, el Gran Chamán sintió una mezcla de alivio y culpa. Sabía que,
con su partida, las tensiones internas de la tribu disminuirían. Los jóvenes, cuyo futuro
lleno de ambición y deseo de gloria los convertiría en los causantes de la gran guerra, ya
no estarían para encender esa chispa. Pero también sabía que los estaba enviando a una
tarea imposible.
Kurak volvió a su choza, su mente atormentada por las visiones que había visto y por el
sacrificio que había decidido hacer. Sabía que había salvado a su tribu de la guerra que
vislumbró, pero a un costo incalculable. ¿Habría otra manera? Los espíritus habían sido
claros: la única manera de evitar la autodestrucción era separar a los cachorros de la
tribu, y así lo había hecho.
Los días pasaron, y el Bosque Alto se llenó de una calma inquietante. Los rumores de la
tribu rival nunca llegaron a concretarse en enfrentamientos directos. Sin los jóvenes, la
tribu Umayari continuó en su armonía silenciosa, ajena al destino incierto que
aguardaba a sus cachorros en las heladas tierras de Nevesmortas.
El Gran Chamán sabía que había alterado el curso de la historia, pero solo el tiempo
diría si su sacrificio salvaría realmente a su pueblo o si, en su desesperación por evitar la
guerra, había condenado a los Umayari a un futuro aún más oscuro.
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Haristan
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Re: Diario de Yanuk Umayari

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Diario de Yanuk Umayari: El Hacedor de Caminos

Día 1 - Llegada a Nevesmortes

Hoy hemos llegado al corazón de Nevesmortes. Después de un viaje largo y agotador desde el Bosque Alto, nuestra primera visión del lugar fue completamente inesperada. Frente a nosotros, en lugar de un asentamiento pequeño y disperso como habíamos imaginado, encontramos un gran poblado, protegido por una alta empalizada de madera que rodea todo su perímetro. Las murallas parecen haber resistido el paso del tiempo y los desafíos de estas tierras. A través de sus puertas abiertas, vimos el bullicio de un lugar que, a pesar de su ubicación remota, parece estar lleno de vida.

El aire aquí es denso y húmedo, como si el bosque mismo respirara sobre nosotros, pero no nos ahoga. Los árboles cercanos rodean el poblado, extendiéndose hasta donde alcanza la vista. No es la Nevesmortes helada que habíamos temido, sino una tierra verde y vibrante, aunque igualmente extraña y desafiante.

Día 2 - El Poblado de Nevesmortes


Hoy hemos explorado el poblado en su totalidad. Es mucho más grande de lo que pensábamos al principio. Dentro de la empalizada se alzan estructuras de madera maciza, bien construidas, aunque marcadas por el tiempo y el clima. Hay templos que se elevan por encima de las casas, dedicados a dioses que aún no conocemos del todo. Sus fachadas están cubiertas de musgo y enredaderas, dándole al lugar una sensación de antigüedad y reverencia. Las posadas y tabernas están llenas de viajeros y lugareños, un flujo constante de personas que entran y salen, lo que indica que, a pesar de la lejanía de Nevesmortes, no está tan aislado como creíamos.

Los habitantes nos miran con curiosidad. Aún somos forasteros aquí, pero nuestra presencia no parece generar demasiada desconfianza. Muchos de ellos han vivido en estas tierras durante generaciones, y han aprendido a sobrevivir entre los bosques y los ríos de esta región.

Día 3 - El Primer Contacto con los Habitantes

Hoy hicimos nuestro primer contacto oficial con los habitantes del poblado. Nos reunimos con uno de los líderes locales, un hombre de aspecto severo, pero que nos recibió con cortesía. Nos preguntó por nuestro origen y nuestras intenciones. Cuando le explicamos que buscábamos un lugar para asentarnos, mostró una mezcla de interés y escepticismo. Dijo que Nevesmortes siempre ha sido un lugar de oportunidades, pero también de desafíos. “Aquí sobreviven los que se adaptan”, nos dijo.

Le mostramos los arcos y flechas que hemos fabricado con la madera del bosque. Al parecer, ya había oído rumores sobre la calidad de nuestras armas, y tras examinarlas de cerca, quedó impresionado. Nos ofreció la posibilidad de comerciar, lo que es un alivio para nuestro grupo. Si bien aún no tenemos un lugar fijo donde quedarnos, este comercio nos permitirá mantenernos mientras continuamos buscando un lugar adecuado para asentarnos.

Día 4 - Las Primeras Ventas

Hoy vendimos nuestros primeros arcos y flechas en el mercado del poblado. El lugar es un hervidero de actividad. Bajo la sombra de la empalizada, los comerciantes exhiben sus mercancías, desde pieles y metales, hasta alimentos y objetos mágicos. Nuestro puesto, aunque pequeño, atrajo la atención de algunos cazadores locales y mercaderes interesados en la calidad de nuestras armas.

El éxito de nuestras ventas nos dio un respiro. Con las monedas obtenidas, pudimos adquirir provisiones y herramientas que nos ayudarán en nuestra misión de encontrar un asentamiento adecuado. Aún no tenemos un hogar, pero ya hemos empezado a construir una red de contactos y oportunidades en estas tierras.

Día 5 - La Vida en el Poblado

La vida en Nevesmortes es sorprendentemente animada. Las posadas están llenas de viajeros de diferentes partes del mundo, lo que le da al lugar una sensación cosmopolita. Hoy, mientras caminábamos por las calles de tierra entre las casas y talleres, escuchamos historias de otros forasteros que llegaron aquí en busca de fortuna, algunos con éxito, otros menos afortunados. Los templos, dedicados a diversos dioses, están en constante actividad, con sacerdotes y seguidores llevando a cabo rituales en honor a las fuerzas que gobiernan esta región.

Sin embargo, a pesar de la vitalidad del lugar, hay una tensión subyacente que no podemos ignorar. Las historias que circulan hablan de disputas entre las diferentes facciones del bosque, de criaturas antiguas que habitan las zonas más profundas y de extrañas desapariciones en la noche. Este es un lugar de oportunidades, sí, pero también de peligros que aún no comprendemos del todo.

Día 6 - La Búsqueda Continua

Aunque el poblado de Nevesmortes nos ha ofrecido refugio temporal, nuestro objetivo principal sigue siendo encontrar un lugar adecuado para establecer nuestra propia comunidad. Hoy, exploramos más allá de los muros del poblado, adentrándonos en el bosque que lo rodea. La humedad es constante, y el terreno sigue siendo traicionero. Los ríos cercanos están desbordados por la reciente lluvia, y los claros que encontramos no parecen lo suficientemente estables para construir un asentamiento duradero.

A pesar de las dificultades, no nos desanimamos. La madera del bosque sigue siendo nuestro mayor recurso, y nuestra habilidad para trabajarla ha captado la atención de más habitantes del poblado. Sabemos que con paciencia y perseverancia, encontraremos el lugar adecuado para nosotros.

Día 7 - El Título del Hacedor de Caminos

Al final de esta primera semana en Nevesmortes, algunos de mis compañeros han comenzado a llamarme "El Hacedor de Caminos" con más frecuencia. No es solo porque fui uno de los primeros en guiarlos aquí, sino porque he sido quien ha encontrado las rutas comerciales que nos permiten sobrevivir en este entorno desconocido. El camino aún no está claro, pero día a día avanzamos un poco más.

Nevesmortes no es el lugar que imaginábamos, pero tiene su propia vida, su propio ritmo. Si logramos adaptarnos a esta tierra, podremos no solo sobrevivir, sino prosperar. Por ahora, seguimos siendo forasteros, pero siento que estamos más cerca de convertirnos en parte de estas tierras.

Yanuk Umayari, el Hacedor de Caminos.
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