Rumores

[Tymora]

*Según fuentes poco convincentes.. (o no) se dice que han robado en la Rosa y el martillo. Se desconoce la identidad del individuo, pues nadie recuerda nada de lo sucedido.
Jedrick asegura que le faltan 100.000 monedas de la caja fuerte, pero todo lo demás está intacto, salvo por dos botellas de ron añejo. *

[Tymora]

*Se oye, se comentan que en la casa de Clari, la anciana de Nevesmortas ha desaparecido una llave y un mapa que se suponía estaba guardado a buen recaudo*

[Tacirrano]

- En serio, Malakay, no puedo investigar ese asunto hasta hablar con mi comandante, y aún así ya veremos.
El enano le miró con esa expresión de cruda incomprensión tan propia de la raza y soltó un bufido.
- Cosas de humanos, supongo. Siempre hablando de lo que hay que hacer y de lo que no. En casa es más sencillo: si alguien hace algo malo se le da una tunda, y si hace algo muy malo se agarra el hacha y se deja lo más grande del tamaño de mi pulgar.
Odir le miró con algo de censura, sin saber ni por donde empezar a contestarle. Al final se decantó por lo más fácil.
- Mi comandante es elfa, no humana. Y los enanos entendéis como nadie la necesidad de obedecer a los superiores, de seguir órdenes.
- Humanos, elfos, ¿qué más da? Patilargos todos. Y no es lo mismo, humano. Yo obedezco al jefe del clan o a sus lugartenientes, gente de mi familia y a los que conozco de toda la vida. Tú obedeces a esa elfa a la que acabas de conocer, y a la Dama Lanzagéilida con la que has hablado tres o cuatro veces.
El paladín tyrrano acusó el golpe. Y no fue sólo porque su socio, su amigo, apenas nunca pronunciase su nombre, sino porque hasta cierto punto tenía razón. Llevaba menos de tres años en aquel lugar, y en ese tiempo había construido un intricado código de obligaciones para con sus habitantes que, visto por un enano, o por muchos humanos, era sin duda excesivo. Estaba incluso la semielfa, Arylin, y el juego de miradas que se traía con ella. Nada serio aún, pero bastaba con que ella se lo pidiera, o al revés, para que se embarcaran en cualquier peligrosa aventura.
Y ese había sido el arranque aquel día. Estaban Arylin, Danila, Marcus y él charlando al norte de la villa mientras la pequeña Itzel jugaba junto a ellos cuando oyeron al cochero de la caravana cambiar unas palabras con el mozo de establos sobre el robo en casa de Clari. Clari, como todos los del pueblo (nivomorteños, nevomorteses, nevesmortanos,...) saben, es una dulce ancianita que se dedica a cuidar de su nieta Jaya y que de vez en cuando, nadie sabe bien si por necesidad o por dar algún dinero a los aventureros que no tienen donde caerse muertos, manda a alguno de ellos a limpiar de ratas un viejo caserón de su propiedad. Por lo visto hace tiempo fue la casa donde vivía, pero hoy está abandonada y Clari vive en otra casa no muy lejos de allí. Las ratas del lugar tienen ya un tamaño que puede alcanzar el de un perro mediano, y son un verdadero peligro para cualquiera que se aventure sin tomar las debidas precauciones.
Se miraron entre ellos, y bastó una palabra para que decidieran ir en busca de la anciana. Los robos en la villa preocupaban a todos, pero robar a Clari era una muestra de miseria moral que ninguno podía tolerar.
Encontraron a la anciana cerca de la fuente del pueblo, con Jaya. La abordaron de inmediato, pero ella negó lo sucedido. Parecía muy nerviosa, y eso les hizo sospechar. Pero fue la niña la que liberó al gato.
- Abuela, esa llave y ese mapa que han desaparecido, ¿no eran de mi papá?
- Niña, a casa ahora mismo -repuso la anciana con severidad.
La niña se fue de inmediato, y Arylin debió desaparecer en ese momento, porque no la vieron en un rato. Siguieron intentando convencer a la anciana de que les contase algo de esos objetos desaparecidos, pero fue inútil. Clari se mostró inflexible sobre el particular, negando todo aunque muy nerviosa. La anciana se fue a casa, y entonces fue cuando vieron a la niña en lo alto de un tejado charlando con Arylin. Parecía una charla de dos buenas amigas, aunque de vez en cuando la niña fruncía el ceño y cruzaba los brazos, hosca, y Arylin tenía que ser la que la calmase. Desde donde escuchaban apenas pudieron oír alguna palabra, como "chocolate" o "mapa", pero no pudieron entender demasiado.
Arylin bajó del tejado con la niña. Todos pudieron oír con claridad como la niña, al despedirse, le decía: "Me debes cinco onzas de chocolate de la colonia gnoma, así tendré más que Frido". La semielfa se encaró a su hermana y demás compañeros con cara de preocupación.
- Vamos a un sitio más privado y os cuento.
Se dirigieron al comedor del Blasón, y allí trasegaron unas buenas cervezas (batido para Itzel) y un estofado mientras la semielfa les contaba lo que la niña le había explicado.
- Por lo visto -les contó- la llave abre la puerta de una casa cerca de Nevesmortas. El mapa es un plano de la casa o algo así. Ese sitio es un lugar muy oscuro donde torturaban gente no muy lejos de neves, fue construida por un malvado Necromante. La Dama Lanzagélida y Jédrick, el de la Rosa, también sabían lo de estos objetos. El padre de la niña murió en la Rosa y el Martillo en una pelea con un borracho llevando la llave y el mapa. Jédrick se lo dio a Clari y ella se lo enseñó a la Dama Lanzagélida, quien le dijo que lo escondiera porque era algo muy peligroso. La llave tenía una forma extraña, y la niña dijo que abría algo más que la puerta de la casa.
- Esto seguro -dedujo Marcus- que tiene que ver con ese robo que ha habido en la Rosa. Igual buscaban la llave ahí.
Entre todos decidieron ir a ver a la Dama Lanzagélida. Ella les recibió de inmediato, pero no pareció nada complacida con la embajada que le llevaban.
- Esto es un asunto que debe investigar la guardia, o incluso los caballeros.
-Entonces -contestó Odir- le pediré a mi comandante permiso para investigar este asunto, si le parece bien.
La Dama pareció sorprenderse por las palabras del joven paladín.
- ¿Eres un caballero?
- En realidad no -contestó-. Sólo soy un aspirante.
La Dama sopesó sus palabras, y de mala gana le contestó.
- Bien, pues entonces hable con ella. Pero hasta que la comandante Oira le autorice y me traiga la autorización a mí, le prohibo investigar este asunto.
Así, los cinco salieron no muy contentos de la entrevista, pero con la esperanza de que Iruss Oira les ayudase a seguir con la investigación.

[adlena]

buen puesto
gracias por compartir

[Tymora]

¿Eing? Este post es de Febrero.

[henridelbosque]

Los nigromantes no se ven solo en el server xD