Ceres fue abandonada por sus padres en un ribat rural en tierras de Calim, donde fue acogida, criada y entrenada como una morabita versada en el noble arte de la guerra y el uso de todo tipo de armas. Los morabitos asumieron su tutela a pesar de no tener un amo, pues el acceso normal solo era permitido a niños esclavizados. A pesar de ser un verdadero ratón de biblioteca, fue pasando todas las pruebas egresó con moderado éxito a temprana edad. Sin embargo, otros eran grandes inversiones de esclavistas para la gran arena de Calimsham. Uno de sus mejores amigos murió en una lucha a muerte en La Gran Arena, así que desde entonces rechazó los combates a muerte como mero espectáculo.
Cuando cumplió los dieciséis años sus maestros le ofrecieron integrarse en el equipo docente de la rábita, pero Ceres decidió marchar por el mundo para vivir las aventuras que tantas veces había leído en los libros. Así tomó su macuto y se dirigió a la Marca Argéntea para vivir aventuras. Ceres siente gran amor por todas las armas y el alma de todas ellas, el metal. Así que se está formando como la mejor forjadora que el mundo ha conocido utilizando la cabeza en lugar de la fuerza de los martillazos. Prefiere emplear el arma más adecuada para cada momento, y de vez en cuando va cambiando de arma principal, pero por lo general prefiere armas cuerpo a cuerpo y grandes, pero no hace desprecios a ninguna. Estudia y practica el estilo marcial de la disciplina de La Mente Diamantina, y ha conseguido un dominio absoluto de su cuerpo y mente. En la lucha prefiere golpear rápido, golpear primero y golpear duro. Un guerrero ágil puede triunfar donde ha fracasado un luchador pesado.
Como plan de negocio por si se ve obligada a retirarse, quiere formar una empresa de espectáculos y lucha de púgiles, aventureros y gladiadores. No obstante, tiene unos valores y no pretende promover las luchas a muerte. Ella lo considera ocio, diversión, entretenimiento y una forma de hacer negocios. Tiene buena formación y habla varios idiomas que aprendió en su formación. Es devota de Tymora, posiblemente por su afición a las luchas en la arena, y tiene cierto problema de ludopatía, si bien ella lo considera devoción por su diosa. Cuando se lanza a lo loco en un combate cuando está de aventuras, ella lo considera una especie de apuesta con su diosa. Paga puntualmente su contribución al templo más próximo.
NOTAS Cuando cumplió los dieciséis años sus maestros le ofrecieron integrarse en el equipo docente de la rábita, pero Ceres decidió marchar por el mundo para vivir las aventuras que tantas veces había leído en los libros. Así tomó su macuto y se dirigió a la Marca Argéntea para vivir aventuras. Ceres siente gran amor por todas las armas y el alma de todas ellas, el metal. Así que se está formando como la mejor forjadora que el mundo ha conocido utilizando la cabeza en lugar de la fuerza de los martillazos. Prefiere emplear el arma más adecuada para cada momento, y de vez en cuando va cambiando de arma principal, pero por lo general prefiere armas cuerpo a cuerpo y grandes, pero no hace desprecios a ninguna. Estudia y practica el estilo marcial de la disciplina de La Mente Diamantina, y ha conseguido un dominio absoluto de su cuerpo y mente. En la lucha prefiere golpear rápido, golpear primero y golpear duro. Un guerrero ágil puede triunfar donde ha fracasado un luchador pesado.
Como plan de negocio por si se ve obligada a retirarse, quiere formar una empresa de espectáculos y lucha de púgiles, aventureros y gladiadores. No obstante, tiene unos valores y no pretende promover las luchas a muerte. Ella lo considera ocio, diversión, entretenimiento y una forma de hacer negocios. Tiene buena formación y habla varios idiomas que aprendió en su formación. Es devota de Tymora, posiblemente por su afición a las luchas en la arena, y tiene cierto problema de ludopatía, si bien ella lo considera devoción por su diosa. Cuando se lanza a lo loco en un combate cuando está de aventuras, ella lo considera una especie de apuesta con su diosa. Paga puntualmente su contribución al templo más próximo.
Ceres es un Filo de guerra puro (los 20 niveles), si bien quiero darle niveles de pícara en un futuro, o algo similar. Habla élfico, enano y mediano como idiomas de inicio. Una vez que la regule, me gustaría que hablara su lengua natal (alzhedo) y subir puntos de inteligencia para aprender otros idiomas. Elegí que fuera una morabita porque es un concepto de academia militar que formar guerreros en el uso de todas las armas en el mundo islámico. Un filo de armas requería alguien inteligente que fuera formado en una disciplina en algo que no fuera un monasterio religioso propiamente dicho. Mi inspiración son los jenízaros, si bien la nomenclatura también hace referencia a los morabitos del norte de áfrica (los más conocidos son los almohades). Hago esto porque leí que Calimsham está inspirada en la Constantinopla/Estambul del Imperio Otomano, así que me pareció una buena analogía. Es una libertad que me he tomado, pero creo que aporta más que quitar.