Un cartelito, que lleva tiempo escondido entre otros tantos, se hace ver tras la limpieza habitual del tablón de anuncios.
La fecha y hora que había apuntados en él, para la representación de la obra "el acechador blanco" se puede ver con claridad ahora.
Dos aldeanos sin demasiado interés se acercan para leer.
- ¿Rrreprezentasi..ón de "El haze...chador... blancó"? - leyendo con dificultad el primero, denotando su carencia de educación básica. El segundo lo aparta de un empujón.
- Cielos Phillip, sé que no eres idiota, pero no hagas que el resto de ciudadanos crean lo contrario. Déjame leer a mí. - En voz alta, para que lo escuche su compañero -
"¡Damas caballeros y borrachos! - Dick alzajarras se gira de pronto hacia allí - Yo, William Zaleem tengo el honor de presentar en el teatro de Nevesmortas la representación verídica de 'el acechador blanco' para el día *hoy a las 22:15 os parece bien? xD* "
- Recuérdame que te enseñe a leer, zopenco - Golpeándole con moderada fuerza la nuca.
//No tengo problemas en cambiar la hora, el día, el escenario o mi ropa. Estos dias tengo mucho tiempo libre (excepto los findes, que curro con horario variable). Así que vosotros mismos: como y cuando queráis.
Una obra en el teatro de Nevesmortas
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- Señor de la Guerra
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Mucha gente se preguntó en su momento si el acechador blanco no sería una leyenda muerta, un personaje real o la fantasía incompleta del excéntrico bardo de ropas rojas que se hospeda en la posada de Nevesmortas, un tal William Zaleem, cuando escucharon la balada del mismo título por vez primera en el teatro.
Una canción en verso y acompañada por un demasiado afinado laúd se introduce de pronto por los tímpanos de los que en el frío invierno se refugian en la posada. Proviene de una mesa circular situada en la esquina. Algunos mantendrán la canción en la memoria, otros la olvidarán con la resaca.
El preludio está acompañado de notas largas, la voz de William no canta, pero su tono es casi amenazador.
"Dicen que existen sombras blancas,
incluso iluminadas acechan tras las fachadas.
En frases desordenadas de versos sin palabras,
se escabullen del bullicio alzando el vuelo sin alas."
El ritmo del laúd toma algo más de protagonismo al comenzar a entrelazar notas más rápidas y sonadas, a la vez que la voz de William cambia a un tono de canto, algo más suave.
"Os hablaré de una sombra acechadora, oscura y reluciente, pero no amenazadora para sus aliados de Nevesmortas.
Puede vernos y escucharnos si es menester, pero ¿A quién temer? No sabemos su nombre ni quién puede ser, y desde las sombras os envía su mensaje a través de este montaje que hará a vuestras mentes arder:"
Deja de tocar y alza la voz:
"¡Temblad, enemigos míos, en vuestro lecho amargo, pues dormir no podréis estando a la merced del Acechador Blanco, enemigo de aquellos cuyo estandarte es una bella flor y un puño que inspira temor!"
Una nube de humo lo cubre y desaparece de pronto al escucharse un ligero "Gluc". Los clientes se quedan ligeramente atónitos ante el espectáculo. Algunos aplauden pero al sacar las monedas se preguntan que clase de bardo es el que desaparece antes de cobrar.
Los rumores posteriores a semejante actuación dicen toda clase de sandeces. De la boca de muchos plebeyos e incluso de aquellos que se hacen llamar intelectuales. Unos dicen que el acechador blanco es una nueva amenaza, otros que es la invención del algo más conocido ya William Zaleem.
Aunque no os negaré que los que más se acercan son aquellos que proclaman una rivalidad entre ese tal "Acechador Blanco" y la hermandad del puño y la rosa.
Una canción en verso y acompañada por un demasiado afinado laúd se introduce de pronto por los tímpanos de los que en el frío invierno se refugian en la posada. Proviene de una mesa circular situada en la esquina. Algunos mantendrán la canción en la memoria, otros la olvidarán con la resaca.
El preludio está acompañado de notas largas, la voz de William no canta, pero su tono es casi amenazador.
"Dicen que existen sombras blancas,
incluso iluminadas acechan tras las fachadas.
En frases desordenadas de versos sin palabras,
se escabullen del bullicio alzando el vuelo sin alas."
El ritmo del laúd toma algo más de protagonismo al comenzar a entrelazar notas más rápidas y sonadas, a la vez que la voz de William cambia a un tono de canto, algo más suave.
"Os hablaré de una sombra acechadora, oscura y reluciente, pero no amenazadora para sus aliados de Nevesmortas.
Puede vernos y escucharnos si es menester, pero ¿A quién temer? No sabemos su nombre ni quién puede ser, y desde las sombras os envía su mensaje a través de este montaje que hará a vuestras mentes arder:"
Deja de tocar y alza la voz:
"¡Temblad, enemigos míos, en vuestro lecho amargo, pues dormir no podréis estando a la merced del Acechador Blanco, enemigo de aquellos cuyo estandarte es una bella flor y un puño que inspira temor!"
Una nube de humo lo cubre y desaparece de pronto al escucharse un ligero "Gluc". Los clientes se quedan ligeramente atónitos ante el espectáculo. Algunos aplauden pero al sacar las monedas se preguntan que clase de bardo es el que desaparece antes de cobrar.
Los rumores posteriores a semejante actuación dicen toda clase de sandeces. De la boca de muchos plebeyos e incluso de aquellos que se hacen llamar intelectuales. Unos dicen que el acechador blanco es una nueva amenaza, otros que es la invención del algo más conocido ya William Zaleem.
Aunque no os negaré que los que más se acercan son aquellos que proclaman una rivalidad entre ese tal "Acechador Blanco" y la hermandad del puño y la rosa.